La Magia de Preguntar en voz alta: un encuentro con mi mentora

Un encuentro con la Mentora de Elquimia

Hay algo poderoso en atreverse a preguntar en voz alta, puede ser el primer paso para que algo mágico ocurra.

Todo comenzó con un video que compartí en las redes sociales de Elquimia el 20 de abril, donde les contaba la historia del origen de Elquimia. En ese video, expliqué que todo lo que aprendí de papaya chilena, fue de las investigaciones de la Dra. Lilia Masson, una académica de la Universidad de Chile a la que siempre había querido conocer.

Con honestidad, pedí ayuda a nuestra comunidad, para contactar a una mujer que había inspirado profundamente mi camino como emprendedora con su tesis doctoral, que leí hace años en formato digital, y me hizo soñar con que esa fruta, que tanto quiero, podía tener un destino distinto… uno que también sanara pieles y corazones.

Grabé ese mensaje con la esperanza de que alguien, en algún rincón de esta comunidad, pudiera tender un puente.

Y la magia surgió.

Lorena, una seguidora que había sido alumna de la profesora Masson, vio el video y me escribió de inmediato. Gracias a ella, al día siguiente ya tenía organizada una reunión por Zoom con la mismísima profe Lilia. Cuando nos vimos por primera vez en pantalla, fue muy emocionante. Ella estaba feliz de saber que su investigación había sembrado una semilla que hoy florece en cada frasquito de Elquimia.

Y no termina ahí…

Unos días después, armé mi viaje a Santiago: fueron 488 kilómetros de ida, para cumplir un deseo profundo del alma. La profesora me invitó a su casa a tomar tecito, así que, como corresponde, preparé un regalito Elquimia para ella: una rutina de cuidado facial con papaya chilena, como agradecimiento y tributo a su legado.

Estar con ella fue un privilegio.

Pude hojear su tesis doctoral empastada, escuchar historias de sus viajes de investigación y anécdotas infinitas. Pude abrazarla, reírnos juntas, decirle gracias y volver a mi casa con mucha alegría del corazón. Sabiendo que el suyo también estaba alegre de saber que su trabajo ha marcado tan fuerte caminos como el de Elquimia.

Hoy, con casi 93 años, la profesora Lilia sigue siendo una mujer dulce, sabia, tremendamente inspiradora y llena de ideas vanguardistas. Me siento afortunada de haber compartido con ella ese momento personal, y me siento muy agradecida de que haya personas como Lorena, que ayudan a tejer estos encuentros.

Gracias por esa conexión.
Gracias, profesora Masson, por su generosidad, su cariño y su mirada visionaria.
Y gracias a la magia de preguntar en voz alta.

Porque cuando los sueños se dicen en voz alta, el universo escucha y podría responder con un regalo que te alegra el corazón. Atrévete a preguntar en voz alta.

Daniela de Elquimia

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